La Sierra madrileña fue frente de batalla en la Guerra Civil desde finales de 1936 hasta 1939. En Los Molinos el frente se estabilizó muy pronto y permaneció activo prácticamente esos tres años, lo que motivó la construcción de más de 150 edificaciones militares y refugios diseminados principalmente en dos líneas defensivas. Dentro de los mejores conservados están las casamatas que encontramos muy cerca del núcleo urbano, puesto que casi no tuvieron actividad militar.

